“La flor del maíz no fue más bella que la última mañana de nuestros reinos”. Se alude al Teocintle, Maíz Divino (Euchiema Guatemalensis), del que se hizo el primer hombre, según lo afirma la mitología quiché. Históricamente, el primer cultivo sistemático fue del maíz por ser sustento básico. Para los Toltecas, el maíz desempeña el papel de Dios masculino y el “frijol” de femenino. Maíz, de las voces antillanas: mahiz-maíz y del tapachulteco “mac”.
El frijol es originario de Guatemala. Es tan antiguo que logró difundirse, como el maíz, en todo el mundo (Phaseolus Vulgaris y Phaseolus Lunatus). Existen, en el país originario y entre nosotros, muchísimas variedades. Hermano del maíz en la siembra y en el cultivo. Hay variedades silvestres, anuales y perennes. Alimento básico desde el tiempo mítico del Popol Vuh, hasta hoy.
Una variedad de frijol que se cultiva en muchas zonas fronterizas con el Perú es el pallar; hay variedades perennes, en tamaño y color. El pallar blanco es el más apreciado, hasta en el juego de los niños.
El cultivo del maíz y el frijol constituyen el fundamento de la economía doméstica. Es base de la alimentación y su producción excede a las necesidades campesinas. El maíz fronterizo al Perú tiene precios irrisorios, sobre todo en los cantones Celica y Puyango. Estos agricultores corresponden a las comunidades indígenas, a la gran casta popular y a las gentes de un nivel de trabajo sencillamente productivo. Son grupos que vegetan y no llegan a satisfacer primordiales necesidades familiares con sólo el cultivo del maíz.
Cultivan maíz y frijol algunos agricultores medianos, que son los más numerosos y los pequeños agricultores de las cordilleras del Celica y Puyango, que tienen parcelas tan pequeñas que su producto apenas satisface las necesidades vitales familiares. Por las variedades que se han acriollado en estas tierras: yunga uchima, blanco, amarillo, sapón y morocho, la producción es grande, pese a la carencia de conocimientos prácticos de parte de los encargados de la extensión agrícola. La tola, la lámpara criolla y el fertilizante animal de los Corrales y talanqueras constituyen la totalidad de técnicas de cultivo, por lo cual está sujeto a fracasos y a pérdidas la mayor parte del esfuerzo campesino.
El factor de la producción maicera es el músculo del campesino, ya sea arrimado, colono, arrendatario o propietario. Por la producción de maíz, Loja, según los últimos censos, ocupa el primer puesto en la producción de manteca, producción que egoísta e ignorantemente es catalogada de producción peruana. El, excedente de la producción de maíz necesita ser guardado y para ello ser instruido en el combate al gorgojo. Nuestro campesino no está lo suficientemente capacitado para la labor agraria; vive subordinado al empirismo, la intuición, la tradición y el azar. Por esto que los organismos técnicos deben dedicarse para él y no para los grandes terratenientes y para los que pueden transportar a los técnicos en su jeep.
El fomento de las iniciativas y recursos salvadores para nuestro agrarismo debe estar en los campos parcelados.