Desde niños, cuando queremos hacer un dibujo del cielo no dudamos mucho a la hora de elegir de qué color pintar el Sol: casi siempre lo dibujamos amarillo.
Si queremos que sea más colorido, quizás le agreguemos unos rayos naranjas y rojos.
Y, si lo que estamos ilustrando es un amanecer o atardecer, probablemente pintemos el Sol y el cielo un poco más anaranjado o colorado.
Sin embargo, (y según cuenta BBC) nuestra estrella más próxima y centro del Sistema Solar no tiene un color amarillo, ni naranja, ni rojo. Es una mezcla de todos esos colores... ¡y mucho más!
El astro rey emite luz en un espectro continuo de colores y, si lo miras en un prisma, podrá observarse que la luz solar se divide en azul, verde, amarillo, naranja, rojo... Por tanto, esto se traduce en que el Sol cuenta con los mismos colores que un arcoíris que son (ni más ni menos) que luz solar que atraviesa gotas de agua en la atmósfera que actúan como pequeños prismas.
En otras palabras, ¡el Sol tiene los mismos colores que un arcoíris! De hecho, los arcoíris son ni más ni menos que luz solar que atraviesa gotas de agua en la atmósfera que actúan como pequeños prismas.
Sin embargo, antes de que empieces a dibujar un alegre Sol multicolor debemos aclararte que tampoco sería enteramente correcto decir que es de varios colores. Porque, cuando la luz de todos esos colores que emite el Sol se mezclan, lo que se obtiene es luz de un solo color, y quizás te sorprenda saber cuál es.
Mira las nubes, que reflejan la luz solar. No son ni amarillas, ni multicolores. Son blancas, porque ese es el color que verdaderamente emite el Sol.
El motivo por el que lo vemos amarillo es el siguiente: cada color del espectro solar cuenta con una longitud de onda diferente. Estas ondas se van acortando del naranja, verde, azul, amarillo… hasta alcanzar el violeta que es la onda más corta.
No obstante, cuando los rayos del Sol pasan por la atmósfera terrestre, algunas moléculas en el aire distorsionan los fotones de ondas más cortas, provocando que nos lleguen antes los de ondas más largas. Entonces, al predominar el amarillo en el espectro medio y absorber de un modo más fuerte los colores de la onda más corta, hace que el Sol lo veamos amarillo.
¡El debate entre expertos sobre el verdadero color del Sol es una realidad! Tanto es así que algunos apuntan a que el astro rey en realidad es de color verde. Durante los atardeceres, observamos como el cielo se tiñe de naranja y rojo. Se trata de una ilusión óptica creada por la interacción entre los rayos sociales y la atmósfera.
Ocurre que el Sol, en ese punto, se encuentra más próximo al horizonte y atraviesa un mayor número de moléculas atmosféricas. Diversas curiosidades que ponen sobre la mesa la inmensidad de saber que ocupa la astronomía de una estrella tan fundamental para la supervivencia de la raza humana.
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