Las personas mayores disfrutaron de un canto en la Caseta Municipal. / J. C. GONZÁLEZ
La zona de las atracciones mecánicas y la Caseta Municipal fueron los auténticos puntos de ebullición y de actividad en la primera noche de la Feria de Septiembre iliturgitana, que desde el año 2009 está consagrada a la figura del patrón de la ciudad y de la diócesis de Jaén, San Eufrasio.
Justo al declinar la tarde y al llegar la noche, los más pequeños y sus familiares se concentraron en los alrededores de la zona de las atracciones mecánicas, donde se establecieron precios especiales. La zona de atracciones del Recinto Ferial de Andújar volvió a contar con una hora sin ruido con el objetivo de que los menores con Trastorno del Espectro Autista (Tea), particularidades auditivas u otros problemas sensoriales, puedan disfrutar de este espacio con total tranquilidad. Fue un guiño que tuvo el Consistorio para mejorar la calidad de vida de las personas con este tipo de discapacidades y apostar por una ciudad más igualitaria e inclusiva.
El canto para los mayores
Pero el comienzo más entrañable y tierno se produjo la degustación del canto andaluz, que se trasladó al escenario de la Caseta Municipal. Un total de 1.200 mayores del municipio de Andújar participaron en la tradicional convivencia de la Feria de la ciudad, organizada por el Consistorio, a través de las concejalías de Bienestar Social y Políticas Transversales de Acción Social e Igualdad, y la empresa Clece. El alcalde, Pedro Luis Rodríguez y el gerente provincial de este grupo, Federico Díaz, acompañados de miembros de la Corporación Municipal, asistieron a esta actividad en la que los mayores pudieron degustar el típico canto andaluz, además de un chocolate con churros en la Caseta Municipal del Recinto Ferial. Igualmente, la velada contó con la actuación de la coplera Sandra Arco y también con la Orquesta Son de Caña que amenizaron la apertura de las fiestas.
El representante de Clece afirmó que se trata de uno de los eventos sociales más importantes de cuantos participa el grupo multiservicios y agradeció el trabajo desempeñado por las trabajadoras de Ayuda a Domicilio y técnicas de las áreas municipales para organizar este multitudinario acto.
El regidor de la ciudad transmitió su satisfacción a la hora de retomar esta iniciativa tan enriquecedora para la ciudad. «Nos sentimos muy orgullosos de poder dedicar una velada de la Feria a nuestros mayores, haciéndoles partícipes de esta celebración tras las duras circunstancias de la pandemia».
Estos mayores protagonizaron este evento por la contribución que han realizado a la sociedad y a sus familias, en reconocimiento a su caudal de sabiduría y experiencias y como recompensa estuvieron acompañados por sus familiares más cercanos y por sus personas cuidadoras, quienes les hicieron revivir las ferias de antaño y olvidarse de sus penurias, penas, soledad y dolores que aparcaron con estos instantes de disfrute que se lo ganaron con creces. Quienes pudieron, se lanzaron a bailar los pasodobles, que algunos piensan repetir en estos próximos días de Feria.
Y este acto tan preñado de candor y cariño, coincidió cuando se acercaba el momento más culminante de esta Feria de Septiembre, el encendido del alumbrado extraordinario, un acto del que estaba desprovisto la ciudad desde hace tres años y esperado con ferviente ilusión y anhelo por la ciudadanía.
Al filo de la medianoche, miembros de la Corporación Municipal, con el alcalde, Pedro Luis Rodríguez a la cabeza, responsables de la Hermandad de San Eufrasio, del mundo del caballo (sector que se va a potenciar en esta Feria) y de la sociedad civil y religiosa, se agolparon junto con ciudadanías para la inauguración del encendido extraordinario del ferial en la portada. Un total de 314.000 bombillas de bajo consumo led iluminan el ferial y sus accesos para anunciar los días más intensos de celebración que están por venir.
Justo antes y un poco después de la prueba de la luz, las casetas empezaron a ganar en bullicio y actividad y el recinto ferial tuvo una gran afluencia de público, aunque la gente se fue retirando de una forma paulatina al ser aún en los primeros días laborables y porque la gente quiere guardarse las fuerzas para el largo e intenso fin de semana que se avecina. El pasacalles de zancudos gigantes blancos con su espectáculo de lanzafuegos amenizaron los instantes previos y postreros de la inauguración del alumbrado con un llamativo desfile por el recinto ferial.