El potencial de la Región para cultivar con luz artificial | La Verdad

2022-03-02 09:41:50 By : Mr. Anson Shen

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El biólogo Pedro Seixas entre los cultivos de microalgas de su empresa. / AQUALGAE

Los escribas de la Biblia no esperaron más allá del tercer versículo, de los casi 31.200 que tiene el influyente libro, para hablar de la luz. Sin luz no hay vida, así que una vez que Dios creó la tierra y el agua, según aprenden los creyentes, ya solo fue cuestión de iluminarlo todo para que diese frutos. Ahora el ser humano es además capaz de aprovechar mejor este recurso inagotable, pero intermitente por el concurso de la noche, captándola en paneles para dosificar su uso de la manera que le resulte más interesante. La tecnología permite, por ejemplo, «customizar totalmente una receta lumínica» con la que «maximizar la producción de manera extraordinaria». Y en este avance la Región de Murcia cuenta con una buena ventaja, como explica la ingeniera agrónoma Isabel Bronchalo: «Las regiones que gozan de un gran número de horas de luz solar, pueden optar por esta fuente de energía renovable de manera que la huella de carbono de la iluminación artificial se minimiza totalmente».

De hecho, añade el doctor en biología Pedro Seixas, especialista en acuicultura, hay cultivos especialmente propicios para la luz artificial, como las mircroalgas, con «una huella de CO2 negativa». Por cada kilo de biomasa de microalgas generada, afirma Seixas, se «fijan aproximadamente dos kilos de CO2 de la atmósfera». De modo que, en contra de lo que la intuición nos llevaría a pensar, los expertos nos dicen que el uso de fuentes lumínicas artificiales para la producción agrícola resulta sostenible y es más aprovechable en geografías con gran cantidad de horas de luz, como la nuestra, donde el sol pega directamente unas 3.400 horas al año (la media española es de 2.500, y en un país como Reino Unido oscila en torno a las 1.400).

Cultivos en condiciones confinadas. / Agromarketing

Tanto Bronchalo como Seixas conocen de primera mano las aplicaciones de la luz artificial. La primera es consejera delegada y cofundadora de Agrenvec, que se define como la primera compañía biotecnológica española y una de las primeras de Europa en el campo de la agricultura molecular. Por su parte, Seixas también es gerente de su propia empresa, Aqualgae, una pionera en el desarrollo de productos sostenibles procedentes de las microalgas.

Además de estos dos especialistas, la doctora ingeniera agrónoma Silvia Bures, consejera delegada de Buresinnova, compañía centrada en iluminación artificial para producción hortícola, y la ingeniera agroambiental y del paisaje Blanca Barroso, también de Buresinnova, nos explican las posibilidades de este singular método en los cultivos y su aprovechamiento en la Región. «Si controlamos el ambiente en el que se desarrollan las plantas podemos cultivar cualquier especie», detalla Silvia Bures, y pone como ejemplo los productos tropicales, «que proceden de lugares lejanos» pero «podrían cultivarse en la Región de Murcia perfectamente». Seixas afirma que, de hecho, ya hay «algunas empresas que se dedican al cultivo de microalgas en Murcia», en el que emplean sistemas de luz artificial.

La irrupción de las fuentes LED, junto a la posibilidad de poder ajustar las características de la luz a cada uso, permiten optimizar el rendimiento fotosintético, explica la ingeniera agrónoma Bronchalo. Ahora es posible conseguir que las horas de luz, su intensidad y su espectro «sean los mismos todos y cada uno de los días del año». Así se «permite maximizar la producción de manera extraordinariamente eficiente para determinados tipos de cultivo de mayor añadido, como por ejemplo los brotes».

Plantación de especies para alimentción en condiciones de luz artificial. / Agromarketing

El desarrollo de la denominada agricultura vertical, en la que la base para el cultivo se reparte en varios niveles, sin necesidad de suelo como tal, «va a permitir aprovechar mucho más el metro cuadrado de terreno», apunta Bronchalo, que destaca sus «ventajas desde el punto de vista medioambiental». De este modo «se evita la erosión y la degradación del suelo fértil», precisa, y «se optimiza extraordinariamente el consumo del agua y nutrientes, algo clave en las regiones áridas», como en la que nos encontramos. A la vez, esta técnica permite la práctica de una agricultura que no depende de factores como la climatología, por ejemplo. Junto a lo anterior, el uso de «una fuente de energía renovable», añade, «es la clave para cerrar este círculo virtuoso de manera sostenible». De ahí que resulte mucho más practicable en áreas como la Región de Murcia, con un alto potencial de uso de energía fotovoltaica.

Sin embargo, el origen de estas técnicas se encuentra principalmente en el norte de Europa, «donde la falta de horas de luz ha hecho que sea necesario aportarla artificialmente para conseguir cultivos durante gran parte del año», relata Barroso. De ahí que en esas latitudes su uso se encuentra más desarrollado que aquí, donde todavía le queda mucho recorrido para alcanzar los ratios de esos países.

Blanca Barroso. Ingeniera agroambiental en Buresinnova

«Cultivar con luz artificial abre todas las posibilidades de cultivo a lo largo de todo el año. El fotoperiodo, es decir, cuántas horas de luz hay en cada época del año, determina qué cultivos se pueden hacer y cuándo se cosecharán los que hacemos». Ya es posible controlar la luz que recibe cada especie y «podemos hacer que las plantas se comporten como si fuese verano en invierno, por ejemplo», de modo que los agricultores pueden «ofrecer sus productos cuando el precio es mayor en el mercado».

Isabel Bronchalo. Ingeniera agrónoma cofundadora de Agrenvec

El uso de la iluminación artificial permite «el cultivo en condiciones confinadas». Esta singular modalidad agrícola «permite independizarse de los factores ambientales», de modo que las sequías, inundaciones o escorrentías, por ejemplo, ya no suponen un problema, apunta esta especialista con una dilatada experiencia en la gestión de empresas biotecnológicas. De paso, asegura, se reduce la necesidad de pesticidas, de agroquímicos y de combustibles fósiles, y se minimiza la generación de residuos plásticos.

Silvia Bures. Doctora ingeniera agrónoma fundadora de Buresinnova

«Con iluminación artificial podemos conseguir que los productos que consumimos sean de proximidad», con el beneficio medioambiental de reducir el transporte. «Además, el cultivo protegido puede ser una solución a los problemas ambientales de la agricultura actual. En espacios cerrados es mucho más fácil controlar qué entra y qué sale, regular la fertilización y evitar el vertido de lixiviados». Otro ejemplo, al usar luz ultravioleta «para eliminar microorganismos patógenos dejamos de utilizar pesticidas».

Pedro Seixas. Doctor en biología y gerente de Aqualgae

«Las microalgas», en las que está especializado la compañía coruñesa de Pedro Seixas, «son organismos fotosintéticos muy activos, con ciclos de división diarios, o incluso con varias divisiones al día en algunos casos. Por lo tanto, teniendo fotoperiodos de 18 horas de luz y seis de oscuridad, se gana productividad». Además de la luz, la temperatura es otro factor crítico. «Por ello es importante usar luz artificial en ambientes con temperatura controlada y condiciones lo más homogéneas posible», afirma el experto.

¿Qué se puede cultivar de esta manera? El cannabis medicinal es un ejemplo, apunta Bronchalo. En general, la iluminación led permite producir «vegetales de alto valor añadido», ya sea para alimentación, como para usos biomédicos o industriales. Seixas destaca el potencial de las microalgas, cultivadas gracias a la luz artificial y con aplicaciones en varios sectores, «como el cosmético-farmacéutico para extracción de biocompuestos activos, en el sector de los nutraceúticos, en alimentación humana y animal, para acuicultura, como biofertilizantes y para tratamiento de efluentes residuales», por ejemplo.

Cultivo bajo tubos de luces led. / Valoya

Esta técnica, concluye la cofundadora de Agrenvec, permite generar «nuevas áreas de negocio en un sector como el agrícola tan tensionado en la actualidad por los efectos del cambio climático, el aumento de los costes de producción y la competencia en precios por efecto de la globalización».

La ingeniera Blanca Barroso coincide en que «cada vez habrá más restricciones sobre el modo de cultivar». Se exigirá «un mayor control sobre los factores de producción», y la posibilidad de «cultivar en espacios cerrados con luz artificial nos permite ese control, lo que redunda en un beneficio medioambiental considerable». «La agricultura está cambiando mucho y cada vez hay más inversión en este tipo de nueva agricultura», incluso de compañías sin relación previa con el sector, concluye Silvia Bures. «Vamos a ver muchos cambios en los próximos años», augura.

En la Región de Murcia ya existen empresas que utilizan la luz artificial en sus cultivos, explica la ingeniera agrónoma Silvia Bures. Algunas lo utilizan «para acelerar cultivos tradicionales, por ejemplo, para favorecer el prendimiento de injertos o para obtener plantel en menos tiempo en los semilleros». Incluso, asegura, «también se están haciendo cultivos de agricultura vertical para obtener lechugas». Se trata de un uso «muy incipiente» de esta tecnología en desarrollo. En España, añade, ya hay empresas punteras que están cultivando con luz artificial especies tropicales, microplantas o flores comestibles, por ejemplo.